Hola, hace dos semanas tuve la oportunidad de ver una obra del colectivo Las Poderosas. Un grupo de mujeres guatemaltecas tocadas por la violencia. Gracias a la ayuda del Centro cultural España en Guatemala este grupo estuvo presentando talleres y su obra los últimos días del mes de marzo en el Centro Cultural España de México.
Presenciar lo que estas mujeres tenían que decir es lo que da lugar al contenido del presente artículo. En esta ocasión quiero hablarles de la Drama-terapia la cual usa técnicas de teatro para facilitar el crecimiento emocional y personal de un individuo. Este tipo de terapia toma lugar en diferentes escenarios como lo son hospitales, escuelas, prisiones e instituciones de salud mental. De igual forma esta puede ser aplicada tanto individualmente, como en parejas o grupos.
La drama terapia es un enfoque activo y experiencial que facilita cambios en el ser por medio improvisaciones con propósitos específicos, narración de cuentos, y juegos. Con esto, los participantes son invitados, a practicar comportamientos y actitudes anhelados por ellos.
Se cree que el proceso de drama terapia nos ayuda a:
- Resolver problemas
- Lograr una catarsis o purificación emocional, espiritual y/o corporal
- Encontrar y enfrentar verdades sobre uno mismo
- Entender el significado de imágenes que constantemente resuenan dentro de nosotros
- Explorar y superar patrones negativos en nuestro comportamiento
Ésta terapia es usada por muchos psicólogos para lograr comunicarse con sus pacientes. El grupo de ‘Las Poderosas’ es un ejemplo muy claro de la efectividad de dicho enfoque. ‘Las Poderosas’ nacen en el 2008 conformadas por un grupo de mujeres sobrevivientes a la violencia. Cada una con una con una historia distinta. Queda claro que del 2008 al 2012 cuando me ha tocado verlas ha pasado mucho tiempo por lo que la historia de estas artistas ha seguido evolucionando. En su obra homónima podemos encontrar fragmentos de sus vidas, pensamientos, deseos y sueños. En éste caso la violencia no afectaba solo a las mujeres sino también a sus familias por lo que resultó agradable ver que los hijos de las protagonistas también participando en la puesta en escena.
Y como sorpresa puedo decir que llegué a presenciar una etapa distinta de estas mujeres. A mí no me tocó ver a un grupo que aún estaba sufriendo por superar demonios del pasado sino a un grupo maduro listo para afrontar el siguiente paso que es usar su arte para demostrar a otras mujeres que se puede salir de la violencia y que podemos ser felices.
El arte es nuestro, es algo característico de la humanidad por lo que no es de sorprender que tenga propiedades ‘curativas’. No solo el teatro, sino también la pintura, la danza, la música, etc. Pueden ser excelentes recursos terapéuticos.
Mart Ventura