miércoles, 30 de marzo de 2011

Teatro: Butoh


Butoh
¿Alguna vez han visto a un hombre en tanga, con el cuerpo pintado de blanco, cabeza y cejas rasuradas bailando? ¿Qué pensarían al ver esta imagen? Por más extraño que parezca en realidad debo decir que esta imagen representa uno de los ‘vestuarios’ más típicos de la danza Butoh.

Butoh es un estilo que surgió post-Hiroshima y después de la ocupación Norteamericana en Japón. Esta danza se dio como una resistencia deliberada al teatro tradicional japonés y un rechazo de las técnicas convencionales y elegantes del occidente. Después de todo, tras un par de explosiones nucleares y un tumultuoso clima político, cómo podía haber belleza alguna en el mundo.  Escenas grotescas, taboos,  ambientes absurdos, etc. son parte esencial de esta danza.

Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno, dos bailarines con entrenamiento tradicional fueron los fundadores de este estilo. Hasta la fecha debido a sus contradicciones, aun es difícil dar una definición concreta de esta danza. Se puede decir que aparte de la filosofía detrás de este arte también hay que tomar en cuenta las exploraciones e interpretaciones de cada grupo e individuo que lo practica. Hay una constante evolución en este baile.

Es importante mencionar que la forma de crear una coreografía e inclusive los mismos ejercicios de práctica requieren del uso de imágenes y el cuerpo es, en realidad, el medio de transmisión.

Después de adquirir una posición neutra, poco a poco sientes como una serpiente entra hacia tu brazo por tu dedo medio y lentamente se abre camino hacia tu otro brazo; a la vez tus piernas se van debilitando y poco a poco convirtiendo en gelatina y te es imposible estar parado sin temblar y de pronto…una mosca entra por tu oído izquierdo e inmediatamente empieza a volar zumbando de un lado a otro dentro de tu cabeza.’

Si vemos a una bailarina hermosa jugando y malabareando con estas imágenes en su cuerpo, no dudaríamos en pensar que tiene más de dos tornillos flojos. Pero son imágenes sin sentido las que mueven al cuerpo. Se dice que los ejecutores de Butoh no bailan, sino más bien son bailados por su entorno; se requiere de un alto grado de perceptibilidad a la energía que fluye a nuestro alrededor y entre nosotros. Solo cultivando sensibilidad en nuestros cuerpos para responder naturalmente a los estímulos a nuestro alrededor, podemos adquirír las transformaciones necesarias para bailar.

Tras la muerte de Hijikata y Kazuo Ohno el mundo perdió a los dos grandes maestros de este arte. Sin embargo, sus alumnos aun siguen explorando y pasando el conocimiento. Entre ellos esta Akaji Maro quien es el fundador de Dairakudakan (La Joroba del Camello). Este grupo es considerado la compañía más antigua y numerosa de este estilo. En dos ocasiones han visitado México y han tenido buena aceptación. Ellos entrenan y bailan bajo el moto: ‘Tempu-tenshiki--- el simple hecho de nacer es un gran talento.’ Cada individuo es capaz de crear su propio vocabulario de movimiento. Por lo tanto, nunca podemos terminar de definir la danza Butoh, y decir que se trata de coreografías surrealistas y expresionistas es solo el comienzo de una tesis.

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