miércoles, 9 de febrero de 2011

Teatro: Mujeres de 30


Confesiones de Mujeres de 30
 Dirección: Lia Jelin
 Elenco: Anahí Allué, Georgina Levin, María Sandoval.
 Locación: Teatro Jorge Negrete

Aunque mi principal interés es hablar de obras de una naturaleza más independiente, (en cuanto a presupuesto) debido a  que llevan una filosofía diferente en cuanto al producto que venden al público; en esta ocasión quiero empezar hablando de la obra de teatro ´Confesiones de Mujeres de  de 30’.

Me parece interesante comenzar por analizar un tipo de propuesta que en realidad tiene un mucho éxito en México (independientemente de la calidad o el género) me refiero a propuestas que tiene como propósito entretener. Este show está conformado por 10 actrices que se turnan las funciones. La producción no es nueva y lleva ya tiempo en escena. La premisa es básicamente la siguiente: Tres mujeres con más de treinta años de edad (dos de ellas se llevan entre diez y veinte años respectivamente) nos cuentan con humor acerca de sus vivencias al llegar y pasar de los treinta años de edad.

A decir verdad, la obra transcurre con tres actrices energéticas que, con confianza, interactúan con el público. Lamentablement el resultado de esto no pasa de algunas risas moderadas ó chistes que provocan una sonrisa en lugar de una carcajada. Tristemente, como sucede en varias producciones hoy en día, la mayor reacción de humor del público viene como respuesta a una grosería o palabra vulgar que una de las actrices exhalta. Un comediante constantemente debe de trabajar al público, buscar siempre por donde dar el cosquilleo y además encontrar nuevas formas de darlo. De cierta forma creo que las tres actrices en todo momento trataron de hacer esto y en muchas ocasiones estuvieron cerca  de lograrlo. Sin embargo el tiempo cómico es algo complicado y si un chiste es contado medio segundo antes o después del momento adecuado, éste simplemente no funcionará. Lo anterior es sin duda una de las causas por las que la obra falla, por otro lado también creo que puede ser difícil encontrar el tiempo preciso de un chiste.

Muchas personas dirán que el simple  hecho de que este servidor no pertenece al género femenino es la única razón para ser incapaz de apreciar esta comedia. Yo creo que no es necesario ser hombre o mujer para apreciar el buen humor.  Es cierto que un hombre puede sentirse más identificado que una mujer con ciertos chistes y viceversa, pero creo que este no es el caso ya que la obra supuestamente engarza la relación permanente e histórica que tienen los dos sexos. A final de cuentas los personajes se quejan gran parte del tiempo sobre sus desgracias amorosas y muchos de sus pesares se dan debido a la relación con el sexo opuesto.

La obra es sin duda creativa, y el tema que trata es ciertamente atractivo, aunque el producto final está muy lejos de valer el precio de la entrada.  Hay varios destellos en los que las protagonistas crean un momento agradable. En mi opinión no hay nada memorable, sin embargo es esto lo que crea la siguiente pregunta: ¿Por qué esta obra se ha mantenido en escena por tanto tiempo? Por algo debe ser. Mi objetivo eventualmente es lograr responder a esta incógnita con futuras observaciones que haga de otras puestas en escenas ya que la misma pregunta surge en mi cabeza con otros trabajos de los cuales hablaré en otra ocasión.


Por

Martín Ventura

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